Sin duda alguna, y a pesar de las muchedumbres que se juntan en verano a observar el espectáculo de la naturaleza, Yellowstone es uno de esos sitios que todos deberíamos visitar antes de morir.
Durante mis vagabundeos por la Tierra he visto géiseres espectaculares en Islandia, zonas termales enormes como la de Tatio en Chile, el hermoso Sol de Mañana en el altiplano boliviano a casi 5.000 metros de altura y pequeños afloramientos de agua caliente y sulfurosa en Hawái, Nicaragua, Egipto, Jordania, Turquía, Perú, Argentina y Japón. Pero Yellowstone es otra cosa. Yellowstone juega en la categoría de las Cataratas del Iguazú, por algo es Patrimonio de la Humanidad y el Parque Nacional más antiguo de Estados Unidos.
Yellowstone es realmente impresionante. Y eso se debe solo a la posibilidad de ver al Old Faithful, un géiser activo que entra en erupción aproximadamente cada hora y media lanzando interminables chorros de agua a 40 metros de altura. Sino a los más de de 3.000 géiseres y pozas de agua hirviendo que tiñen la tierra de colores surrealistas. Los rojos, verdes, amarillos, azules y turquesas de las colonias de bacterias que sobreviven a temperaturas extremas compiten entre sí por hacer de este paisaje arbolado algo difícil de olvidar.
La mejor hora para recorrer Yellowstone es poco después del amanecer, cuando las carreteras están completamente libres de automóviles y los animales se desperezan. Es el único momento en que podrás disfrutar del paisaje en soledad. El vapor de los geysers sobre la primera luz es mágico y consiguen hacerte olvidar las masas que durante el resto del día convierten los senderos en una fila de hormigas gigantes, hormigas humanas.
En Yellowstone hay búfalos salvajes que entran a pastar a las zonas de camping, alces de grandes cuernos que te descubren caminando por un sendero perdido, osos negros y grizzlies que merodean por el bosque y sobre todo muchas, muchas zonas termales. Tantas, que comenzarás a aburrirte. Y eso que ni siquiera he hablado de los volcanes de lodo y de la Mammoth Hot Springs, una montaña de minerales acumulados durante millones de años de actividad termal. No es casualidad que Yellowstone se encuentre dentro de una enorme caldera que algún día explotará dejando un boquete gigantesco en el centro de Norteamérica.
Del oso Yogui, ni noticia.
Parece espectacular. Nosotros disfrutamos también con los ghéiseres del Tatio, en los alrededores de San Pedro de Atacama. Toda una experiencia, ver los chorros de agua y vapor salpicando, con las primeras luces del día. Una abraçada companys!!!
Partire por conocer los gheiseres del Tatio… preparandome para cuando visite Yellowstone. Gracias por contarnos. (imagino lo que debe ser esa larga fila de hormigas gigantes cruzando las carreteras del parque, me recuerda ya lo que senti en Tokio). Un abrazo desde Iquique.
El Yellowstone y el Grand Teton lugares para conocer por obligación, he ido dos veces y siempre encuentro algo diferente. Intentaré ir nuevamente el año que viene, la mejor época para ir es a finales de mayo cuando el parque es totalmente abierto. Por cierto, deben conocer la ciudad de Jackson Hole.